domingo, 18 de agosto de 2013

El simbolismo del infinito en el TAROT






El diccionario de la RAE define al infinito como aquello “que no tiene ni puede tener fin ni término”.Cuando el ser humano comenzó a desarrollar el pensamiento numérico  tuvo dificultades para asimilar plenamente las grandes cifras. Algunas tribus aborígenes australianas actuales poseen en su lenguaje vocablos sólo para las cantidades “uno” y “dos”, cualquier cifra superior lo asocian a la categoría de muchos. Esto nos recuerda que en los inicios de nuestra civilización ocurrió una situación similar, ya que si pesquisamos el origen de la palabra “tres” veremos que está emparentada con el concepto de “trans”, que significa más allá.

El símbolo del infinito corresponde a "un 8 tumbado" que es representado por una Lemniscata.  Cuando pensamos en el infinito , pensamos en lo transpersonal, quizás por ser algo que no tiene alcance material nos lleva al contacto con lo supranatural, lo eterno, y tiene la paradoja que al mismo tiempo que no es alcanzable físicamente, sì lo alcanzamos por medio del espíritu. Este símbolo  produce la unión con la fuente de la que somos parte.

El símbolo del infinito (lemniscatas), es la principal técnica usada en la dinámica osteodinàmica , donde por medio del uso del símbolo del infinito, se crean pulsiones silenciosas, captadas y armonizadas por el terapeuta que escucha a sus pacientes. El doctor Buhler escribía en el 1967:  "El ritmo no aparece sino de campos de tensión que se forman entre polos, y su rol es el de relacionarnos, de hacer que se comuniquen y se equilibren. Su verdadera importancia es llevar a los polos opuestos a su equilibrio sin corto circuito y permitir así el devenir del organismo a pesar de sus contrastes y tensiones"

Las palabras de Buhler me llevan al arcano La Templanza, entre sus manos contiene dos jarras con energías opuestas, la luna y el sol que se mezclan con la energía de la lemniscata,armonizando los opuestos, creando lo infinito. La mujer Templanza me recuerda a lo que Toni Wolfe, un analista junguiano que vivió en la primera mitad del siglo XX, que usó el termino : "la mujer medial". La mujer medial está situada entre mundos. Comunica la realidad cotidiana con el inconsciente místico y actúa de mediadora entre ambos. La Templanza es un ángel en la tierra. Los ángeles simbólicamente también cumplen está función de mensajeros del inconsciente, de nuestras profundidades, de nuestra esencia, nuestro ser...La Templanza pondera lo antiguo con lo nuevo, los sentimientos con la razón; se traslada fácilmente desde el mundo de lo racional al mundo de la imaginación y desde la imaginación a lo racional. Su propia presencia equilibra todos nuestros centros poniéndolos en comunicación con nuestro propio ser esencial.

El Mago y la Fuerza muestran el símbolo del infinito en su cabeza. Ambos sombreros tienen forma de lemniscata. Mientras que El Mago realiza su magia con sus manos,  de cintura para arriba haciéndonos ver más allá de lo que en realidad vemos, La Fuerza realiza su propia fuerza hacia abajo, consiguiendo abrir el hocico del león con total sutiliza. Ambos arcanos suponen aperturas de comienzos. El Mago el comienzo de una nueva actividad , La Fuerza un comienzo creativo o reconexiòn con nuestra fuerza instintiva profunda y ambos realizan sus actividades con la energía del infinito. 

Tanto El Mago como La Fuerza comparten el simbolismo del número 6, la mano con la que sostiene su varita El Mago tiene 6 dedos. 6 son los dedos del pie que muestra La Fuerza, 6 son los dientes del león que abre la boca y 6 son los picos de su sombrero. Si sumamos los números de 3 en 3 consecutivamente nos daremos cuenta que todo se resume en el número 6: 1+2 +3 =6; 4+5+6 =15 (1+5=6) ; 7+8 +9 = 24 (2 + 4  = 6 ) y así hasta el infinito. 

Por eso el número 6 además de ser el número de la belleza, designa el infinito...tal vez porque pensar en el infinito es belleza o porque la belleza es infinita.

El Mago, La Templanza, La Fuerza, tres arcanos donde contactamos arquetipicamente con el infinito que se manifiesta de diferentes formas para recordarnos que detrás de nuestra naturaleza limitada y puntual siempre hay en nosotros algo transpersonal, eterno, infinito.




jueves, 15 de agosto de 2013

EL VIAJE DEL TAROT


El tarot es un ser completo que a través de imágenes simbólicas entra en resonancia con nuestro propio ser . Este reflejo del ser como cosmos, lo encontramos en los arcanos mayores y menores. El “viaje” hacia uno mismo comienza con el Loco, lanzándose a la vida con poco equipaje y con un perro detrás despojándole poco a poco de lo que le impide su liberación . Este “viaje” a la liberación atraviesa por la toma de conciencia. Entendida como ese “darse cuenta” de nuestra sacralidad y de nuestra propia esencia personal. Si estamos dispuestos a cambiar nuestras limitaciones y avanzar en seres por sì y no en sì definidos, seguiremos nuestro camino hasta la libertad, representada por la última carta: El Mundo.
Podemos ver cómo si ponemos estas dos cartas juntas, El Loco que inicia el viaje busca al mundo. El Loco y el Mundo, se buscan y se encuentran:




En este viaje a nuestro ser le acompañan las circunstancias habituales con las que nos encontramos día a día, aquellos elementos con los cuales nos relacionamos: emociones (simbolizadas por las copas), creatividad, impulso, actividad sexual, trabajo (simbolizado por los bastos), nuestra corporalidad, dinero (simbolizado por los oros), nuestras actividades intelectuales, estudios… (simbolizado por las espadas). Estos “acompañantes de viaje” son los arcanos menores. El viaje con los arcanos menores lo abordaré a todo timón próximamente...
A pesar de la riqueza simbólica del tarot, su uso se ha ido reduciendo como oráculo. El ser humano en su ansiedad de lo impredecible busca métodos para reducir toda incertidumbre. Convierte lo misterioso en una herramienta adivinatoria, manipulando los símbolos a partículas, momentos concretos, particularidades alejándolos del universo sutil lleno de significado.
El Tarot es un mito, en el sentido de que instruye sin palabras. Nos transporta a otra realidad transcendente a través de unas imágenes que representan distintos estados del ser. La palabra arcano, usada para designar cada carta del tarot viene del latín arcanum que quiere decir secreto. En este sentido podemos constatar la primera aproximación simbólica del Tarot como puente hacia el secreto, siendo el secreto aquel mundo subjetivo, trascendente (del más allá). Así pues vemos reflejado aquí la primera idea del símbolo como unión de dos realidades, una correspondiente al mundo objetivo, tangible, que podemos captar a través de nuestros sentidos (podemos ver las láminas) y otra realidad intangible, llena de contenido, de significado, sagrada. El significado de cada arcano es multìvoco, así cada arcano se convierte en lo que cada persona interpreta. Aunque podemos recoger “significados estándares” de cada arcano, si nos limitásemos a dichos significados no estaríamos ante un lenguaje simbólico, sino de signos. Cada carta sería la interpretación arbitraria que se le ha dado (loco=búsqueda, el mago=principio, indecisión, papisa=introspección..ètc) El tarot transciende a la suma de significados arbitrarios recogidos para cada carta , el Tarot es un reflejo de nosotros mismos, lo que vemos en cada carta es la realidad intangible que nos quiere comunicar.

Cada arcano se comunica con otro a través de una relación de resonancia (dos arcanos que aparentemente podrían ser independientes “dos fenómenos aislados” se relacionan uno con otro. Hay algunos ejemplos claros en los que podemos ver esta comunicación: La Papisa en su templo señala con su dedo la línea número 17 de un libro que podría ser el tora (libro hebreo de la vida), el libro es de color carne, simbolizando la naturaleza humana. El arcano XVII, es La Estrella que nos remite al encuentro del modo de actuar en el mundo. Los “diablillos” del arcano XIIII (El diablo) son los mismos que los niños que aparecen en el arcano XVIIII pero ya liberados, libres ,la bolsa del Loco conlleva una escalerita de 9 escalones que nos remite al arcano VIIII El Ermitaño, que representa la crisis entendida como paso a otro nivel evolutivo. Podemos ver este aspecto si observamos el Tarot en 3 etapas. Desde El Mago (arcano I) al arcano VIIII predominan personajes que se encuentran en acción, las cartas son más concretas, predominan personajes humanos. Desde el arcano X al XV predomina la parte baja de la carta, remitiéndonos a todo el mundo instintivo, se mezclan animales con humanos y desde el arcano XVI al XXI predomina el cielo, la parte alta de la carta, donde las fuerzas naturales toman el protagonismo. Como podemos observar el Tarot también conserva esa trinidad o triple vértice entre cielo (representado desde el arcano XVI al XXI ), tierra (desde el arcano X al XV y el “yo” representado desde el arcano I al VIIII.
Cada arcano a su vez recoge un secreto (tal y como nos remite su nombre) y este secreto, es el mundo intangible, sagrado lleno de significación.
Si por ejemplo tomamos como referencia la carta número XI La Fuerza, vemos como su sombrero tiene 6 picos, el hocico del león tiene seis puntos y sus pies seis dedos. Entonces tenemos el número 666, que fue llamado como “número del diablo” si nos fijamos en la imagen una mujer abre con mucha sutiliza la boca a un león, el número 6 considerado como infinito y amor nos lleva a pensar que con amor de pensamiento (6 picos en su sombrero) y actuando con amor (6 dedos en sus pies) podemos conseguir cualquier cosa (hasta abrir la boca a un león). Todo el cosmos es amor, si sumamos de tres en tres todos los números hasta el infinito todo se reduce al número 6: 1+2+3=6; 4+5+6=15 (1+5=6); 7+8+9=24 (2+4=6)

El significado numerológico de las cartas también lo podemos ver en el tarot:
El arcano VIIII corresponde al Ermitaño,

Lleva una linterna, dando luz a los 9 arcanos que le anteceden, sin embargo camina hacia atrás avanzando hacia el arcano X. Por lo tanto conserva una actitud activa hacia el pasado y pasiva hacia el futuro a la vez .El número 9 es el único número impar que es activo y receptivo. Activo por ser impar y pasivo porque es el único que es divisible.

El tiempo del Tarot es progresivo de manera circular. Esta idea la podemos comprobar cuando observamos la numerología de las cartas. Podemos ver cómo los números de las cartas corresponden a la numerología romana y siguen un avance progresivo, así cada carta supone una reminiscencia de todas las anteriores, lleva en sí de alguna manera a todas las anteriores. Por eso que la sucesión de números nunca resta, por ejemplo las cartas número 19 y 9 se expresan como (18 +1) ò como 8+1 y no como 20-1 `10-1 que correspondería a la forma “correcta” según la nomenclatura romana.

El Tarot nos pone en contacto con la onda, de hecho cada arcano corresponde a onda y no a una partícula. En el sentido de que cada arcano no es particular ni aislado de los demás. Esto evidencia el tiempo cualitativo impregnado en el Tarot. 


La relación entre los arcanos se ve de manera muy clara en El Sol y La Luna:





Si observamos estas dos cartas vemos como la una está contenida en la otra. La Luna contiene al sol en sí misma, dejándose entrever a través de ella. El Sol contiene a La Luna reflejándose en uno de sus rayos de color plateado. Estos dos arcanos también nos hablan de los ciclos de la vida (el yin y yang) de cómo en la oscuridad está contenida la luz y cómo en la luz está contenida la oscuridad.

Esta idea de complementariedad también está claramente visible en el arcano XVII:
La Estrella  arroja al rio de la vida la energía yin de la luna y nutre la semilla que yace en la tierra con la energía yang del sol.

En los arcanos del Sol y La Luna también podemos observar el tiempo cualitativo que rige el Tarot. El tiempo del tarot es tiempo en movimiento, circular, cíclico, modificando el espacio y el tiempo. Podemos observar este hecho si observamos cómo las gotas de los arcanos del Sol y La Luna desafían a la ley de la gravedad yendo de abajo hacia arriba. La ley de la gravedad que pone en relación el tiempo y el espacio no se aplica en el Tarot. Por lo que comprobamos que la realidad del Tarot no es lineal como la de Euclides o Aristóteles. La realidad del Tarot es curva. Esto explica el fenómeno de la sincronicidad que rige el tarot. En este tiempo curvo, circular los arcanos se encuentran constantemente, porque como ya dije anteriormente cada uno contiene de alguna manera al otro. Pasa a menudo que si se consulta el Tarot se repiten los mismos arcanos de forma sucesiva. El consultante experimenta el encuentro con el Tarot. Si algún arcano tiene un mensaje especial para èl ò ella, tal vez no salga repetitivamente, pero tal vez aparezca otro arcano que le contenga o en el que se repite algún símbolo que nos quiere decir algo. Esto de nuevo ratifica el Tarot como onda y no como partícula.




Pongamos un ejemplo. El Mago y La Fuerza abren dos ciclos, si observamos El Mago lleva el número I como principiante, tiene todos los instrumentos sobre la mesa para actuar. La Fuerza corresponde al número XI, observamos que su posición es detrás de La Rueda de la Fortuna que corresponde a un cambio de ciclo. Como consecuencia, tanto el Mago como la Fuerza nos representan comienzos, al diferencia entre ambos es la naturaleza del comienzo. Para El Mago se trata de un comienzo más de tipo intelectual (pose todo lo que necesita encima de su mesa de la que solo vemos 3 patas, indicándonos precisamente que la realidad va más allá de lo que podemos ver. La Fuerza supone un comienzo más de tipo instintivo, un reencuentro con nuestra propia fuerza, nuestra energía vital.

En ambas cartas podemos encontrar símbolos repetitivos de estos dos comienzos como el sombrero con forma infinita que una vez más nos lleva a la suspensión cuantitativa del tiempo, ya que el infinito solo es posible en el tiempo cualitativo y ambas cartas abren un ciclo.

Con estas conclusiones llegamos a un punto importante y es el uso del Tarot como oráculo. ¿Es posible predecir con el Tarot? Creo que la respuesta es más que evidente. El futuro corresponde a una visión lineal del tiempo. Cuando hablamos de pasado, presente y futuro estamos cuantificando el tiempo. Habíamos llegado a la conclusión a través de distintas pruebas que el Tarot no maneja un tiempo cuantitificado sino cualificable, en el que el tiempo y el espacio no son medibles. Es por eso que el Tarot no nos contestará con respuestas concretas a preguntas realizadas en términos cuantificados. No podemos saber cuándo vamos a encontrar otro trabajo o conocer a la mujer/hombre de nuestras vidas. Pero podemos saber qué nos lleva a preguntar lo que preguntamos, si lo que preguntamos está en sintonía con la onda (entendida como función) de nuestras vidas.

En consecuencia, podemos preveer, si nosotros somos capaces de entrar en la onda del Tarot, entender sus sincronicidades y sentir que él somos nosotros. No podremos preveer hechos o acontecimientos concretos, pero si funciones atemporales (cambios importantes en la vida de la persona por ejemplo..), porque estaremos nadando en su onda y con ello en la sincronicidad.

viernes, 2 de agosto de 2013

La energìa de agosto




Agosto se presenta como un mes de coincidencias. A pesar de ser un mes vacacional es buen momento para dejar atrás viejos hábitos que entorpecen la vida e iniciar nuevas actividades. Es un mes en el que la sincronicidad se viste de gala y aparecen encuentros y acontecimientos insospechados tejidos por el hilo màgico de la vida. Es buen momento para tomar contacto con lo que nos gustarìa hacer laboralmete y despuès del descanso empezar a preparar las herramientas necesarias para el cambio de actividad. Hay una energìa propicia para ello, en el que los acontecimientos se suceden para realizar  aquello que queremos.