sábado, 27 de julio de 2013

El baile del Mundo

El Mundo, arcano XXI es el último de los arcanos mayores del Tarot. Este arcano de naturaleza receptiva recibe a todos los anteriores danzando dentro de su mandorla.

La mandorla entretejida de hojas tiene forma de óvalo.  Mientras que el círculo es una curva continua, con un centro donde se fija, el óvalo que forma la mandorla tiene dos focos, uno arriba y el otro abajo, sugiriendo que son dos mitades que van a encontrarse para formar una totalidad. En el Tarot esta idea queda indicada por el hecho de que las dos mitades del óvalo  están ligadas entre sí en el punto focal donde se encuentra la persona danzando que representa nuestra esencia.

En este caso las dos mitades que van a encontrarse en la mujer danzante corresponden a la del cielo y la tierra. Esta correspondencia entre el cielo y la tierra no es única en el Tarot, el  I Ching describe un universo en el que la energía creadora proviene del cielo, en tanto la tierra es receptora y fecundadora de esa energía primaria.
El cielo y la tierra por lo tanto se encuentran en un baile.  La danza simboliza el acto de la creación.  La filosofía Zen contempla toda vida como una agradable danza, cuyo arte consiste en moverse a través de la vida ordinaria de una manera natural, espontánea e integradora. Nuestra mujer danzante baila dentro de una mandorla desnuda simbolizando "la verdad al desnudo" . Si nos fijamos en su cara es muy parecida a la mujer estrella del arcano XVII y la mujer templanza del arcano XIIII. Curiosamente estos dos arcanos tienen dos jarras. La Templanza realiza la mezcla de su contenido. La Estrella vierte el contenido de una jarra en la tierra y la otra la devuelve al rìo. . Quizás la mujer danzante es la misma que la mujer estrella y la mujer templanza y sustituye las dos jarras por una vara como la del Mago y una esfera receptiva. Con su baile integra ambos elementos indicándonos que el actuar y no hacerlo son igualmente importantes en la vida. 

Con ello el Tarot nos indica que el equilibrio entre fuerzas opuestas es necesario para nuestra realización, para que cada uno realicemos nuestra propio baile, único, intransferible, sagrado. Estas fuerzas opuestas ya habían sido ponderadas por la Templanza a través del trasvase de agua de una jarra a otra (vemos que en cada jarra rige un símbolo diferente, el sol y la luna, indicando esta doble naturaleza: activa y receptiva). En la Estrella las fuerzas opuestas sirven de alimento para el río y para la tierra. En el arcano XXI, El Mundo a travès de la ponderaciòn de fuerzas opuestas recibimos la vida. Nuestra vida.

El nombre del arcano: El Mundo, nos hace recordar nuestra naturaleza. A pesar de todas las restricciones y limitaciones impuestas por el mundo exterior en el que vivimos. Nuestro propio mundo interior es infinito, ilimitado, , eterno...

El  arcano XXI, El Mundo representa el mundo que cada ser es en sí mismo. Todos nacemos con este mundo en nosotros, la labor de esta vida es reconectarnos con él, de forma que podamos vivir nuestra realidad desde nuestro propio centro, la mujer danzante, que es nuestro ser mismo.





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